Una de las estrellas más enigmáticas del Universo es sin duda alguna la estrella KIC 8462852, mayormente conocida como estrella de Tabby en honor de la astrónoma norteamericana Tabetha S. Boyajian de la Universidad Estatal de Luisiana, autora principal del artículo ¿Dónde está el flujo? Where´s de Flux (en inglés) publicado en 2015. En este artículo, Tabetha junto a otros astrónomos describen los resultados y conclusiones de las investigaciones realizadas sobre el comportamiento anómalo de las curvas de luz de esta estrella.
A partir de los análisis de las curvas de luz obtenidas por el telescopio espacial Kepler realizados por voluntarios a través del Proyecto Planet Hunters, Tabetha junto a su equipo observaron y estudiaron las irregulares bajadas del brillo de la estrella que oscilaban entre un 0,2 y un 21 % aproximadamente, datos que no concuerdan con el comportamiento de una estrella de estas características. La estrella de Tabby es una estrella de la secuencia principal de tipo espectral F3 que se encuentra en la constelación del Cisne, y que no es visible a simple vista.
Como ya comentaba en otra entrada de este blog «La Búsqueda de Exoplanetas», la principal misión de los voluntarios participantes en el proyecto Planet Hunters es analizar visualmente las curvas de luz de determinadas estrellas, datos que son obtenidos por medio de un telescopio espacial con la finalidad de detectar posibles exoplanetas (1). Y es entonces cuando a partir de los primeros análisis realizados de las curvas de luz obtenidas de la estrella de Tabby, saltaron todas las alarmas sobre esta enigmática estrella, ya que las fluctuaciones del brillo apreciadas no se correspondían con posibles tránsitos de exoplanetas. Un tránsito de un exoplaneta no produce una disminución tan importante del brillo de una estrella.

Las investigaciones realizadas por Tabetha y su equipo, llegaron a la conclusión de que este extraño comportamiento observado a través de las curvas de luz, podría ser debido a ocultaciones de la estrella por nubes de polvo circunestelares. Pero la estrella de Tabby no parecía ser una estrella joven y tampoco se aprecia emisión infrarroja procedente de un hipotético disco protoplanetario. Por tanto la explicación más plausible propuesta en dichas investigaciones, es que las disminuciones del brillo de la estrella de Tabby se puedan deber a posibles ocultaciones producidas por el material desprendido tras la desintegración de exocometas que orbiten alrededor de esta estrella.

En una misma línea de investigación, Bryan Metzger de la Universidad de Columbia, asocia el oscurecimiento del brillo de la estrella de Tabby a las ocultaciones producidas por el polvo de la desintegración de un exoplaneta. Esta desintegración del exoplaneta podría haber ocurrido debido a un acercamiento excesivo de este con respecto a la estrella. También como consecuencia de tal desintegración, una de sus exolunas podría haber sido atrapada por la atracción gravitatoria de la estrella e ir perdiendo paulatinamente material de sus capas exteriores por el fuerte influjo gravitatorio.

Pero lo que resulta muy curioso con respecto a la estrella de Tabby, es el sensacionalismo del que muchos medios hicieron gala en su día al establecer como posible explicación la existencia de una Esfera de Dyson (2) que rodeara a dicha estrella. Una esfera de Dyson es una megaestructura construida alrededor de una estrella con la finalidad de aprovechar toda la energía proporcionada por esta. Una obra de ingeniería descomunal y solamente al alcance de una civilización superavanzada. No obstante, de manera infructuosa se han intentado detectar señales de radio deliberadas procedentes de la estrella de Tabby, lo cual junto a la ausencia de emisión de radiación infrarroja (3), cuestiona esta hipótesis.
(1) Inicialmente en el marco de este proyecto para la búsqueda de exoplanetas, la NASA utilizó el telescopio espacial Kepler, el cual tras su vida útil ha pasado el testigo al nuevo telescopio espacial Transiting Exoplanet Survey Satellite (TESS).
(2) En 1964, el astrofísico ruso Nikolái Kardashov, propuso un método para medir el grado de evolución tecnológica de una civilización. A este método se le conoce como la escala de Kardashov, la cual tiene tres categorías, llamadas Tipo I, II y III, basadas en la cantidad de energía que una civilización es capaz de utilizar de su entorno. Estos tipos también denotan el grado de colonización del espacio. En términos generales, una civilización de Tipo I ha logrado el dominio de los recursos de su planeta de origen, Tipo II de su sistema planetario, y Tipo III de su galaxia. Curiosamente uno de los mecanismos por los que una civilización de Tipo II es capaz de aprovechar toda la potencia disponible de una única estrella, es por medio de una Esfera de Dyson. (Fuente: Wikipedia).
(3) Una esfera de Dyson es una megaestructura hipotética propuesta en 1960 por el físico Freeman Dyson. Aunque el mérito se asocia a Freeman Dyson, una idea parecida fue propuesta en 1937 en la novela de ciencia ficción «Hacedor de estrellas» de Olaf Stapledon. Una esfera de Dyson construida por una civilización superavanzada, construida con materiales similares a los disponibles por los seres humanos, causaría muy probablemente un aumento en la cantidad de radiación infrarroja en el espectro emitido por el sistema de la estrella. (Fuente: Wikipedia).
Para saber más:
Recomiendo ver el siguiente vídeo: The most mysterious star in the universe (Tabetha Boyajian).